RECONSTRUCCIÓN DE MAMAS

Vuelve a sentirte bien

Reconstrucción de mamas

¿Qué es la reconstrucción de mama?

La reconstrucción de la mama tras su extirpación por cáncer de mama u otra enfermedad (mastectomía) es uno de los procedimientos quirúrgicos actuales dentro de la cirugía plástica más gratificantes para la paciente.

El desarrollo de nuevas técnicas y materiales médicos posibilitan al cirujano plástico crear una mama similar en forma, textura y características a la mama no operada.

La reconstrucción mamaria tiene como fin:

1.Rellenar el hueco y la deformidad que queda en el tórax, creando una mama de aspecto natural, incluyendo, la areola y el pezón, simétrica a la otra mama.

2.Eliminar la necesidad de llevar prótesis de relleno.

3.Restaurar la imagen corporal, mejorar la calidad de vida y ayudar a dejar atrás el episodio del cáncer de mama.

Reconstruir mamas.

¿Quién y cuándo puede hacerlo?

Casi todas las mujeres mastectomizadas pueden, desde el punto de vista médico, considerarse candidatas para reconstruirse la mama, la mayoría de ellas en el mismo momento de la mastectomía.

La candidata óptima para reconstrucción es aquella mujer a la que se le puede eliminar completamente el tumor durante la mastectomía y no precisará tratamiento complementario de quimioterapia y radioterapia.

Cuando la mama se reconstruye a la vez que se realiza la mastectomía (técnica denominada reconstrucción inmediata), la paciente se despierta de la intervención con un contorno mamario adecuado, evitando la experiencia de verse con la mama amputada; el beneficio psicológico de esta técnica es claro.

En algunos casos, sin embargo, la reconstrucción puede o debe postponerse (técnica denominada reconstrucción diferida).

Tan pronto como una mujer es diagnosticada de cáncer de mama, ésta debe informarse sobre las posibilidades de reconstrucción. El cirujano que realiza la mastectomía, el oncólogo y el cirujano plástico deben coordinarse para desarrollar una estrategia encaminada a lograr el mejor resultado posible.

La reconstrucción mamaria está incluida dentro del catálogo de prestaciones de la Seguridad Social, siempre y cuando ese hospital posea un equipo de cirugía plástica. La mayoría de los seguros privados también incluyen este tipo de intervención dentro de su catálogo de servicios.

Técnicas de expansión cutánea

Es la más empleada y consiste en estirar la piel de la mama que se ha extirpado y, posteriormente, colocar una prótesis.

Después de la mastectomía, el cirujano plástico coloca un expansor debajo de la piel y músculos del pecho. A través de un mecanismo de válvula enterrado bajo la piel, se introduce una solución de suero salino una vez a la semana, durante varias semanas, hasta rellenarlo. Una vez que la piel de la región del pecho ha dado de sí lo suficiente, se retira y se sustituye por una prótesis mamaria de silicona definitiva. Existen determinados expansores que están diseñados de tal manera que permiten ser mantenidos como implantes definitivos.

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Ambas intervenciones se realizan bajo anestesia general, con una estancia hospitalaria breve, entre 24 y 72 horas.

Si la otra mama es demasiado grande, demasiado pequeña o está muy caída, puede ser necesario reducirla, aumentarla o elevarla, o vaciarla y reconstruirla a la vez que se reconstruye la otra, para conseguir un resultado simétrico. El pezón y la piel de alrededor (areola) se reconstruyen después, mediante anestesia local y sin ingreso.

Las prótesis empleadas en este tipo de reconstrucción tienen el exterior de elastómero de silicona y el interior de gel de silicona médica. Tiene dos posibles formas anatómica (la más utilizada en reconstrucción) y redonda. No se ha demostrado ninguna relación entre el cáncer de mama y el empleo de prótesis mamarias; tampoco se ha demostrado una relación clara con enfermedades autoinmunes y reumatológicas, aunque no se deben colocar en pacientes con familia con enfermedades reumatológicas graves (artritis reumatoide, esclerodermia, lupus eritematoso). Su utilización está aprobada en todos los países Europeos.

Técnicas que emplean tejidos propios

Consisten en la movilización o el trasplante de tejidos de otras zonas del cuerpo como el abdomen, la espalda o las nalgas (técnicas denominadas autólogas o colgajos) para conformar una mama similar a la que queda.

En algunos casos estos tejidos o colgajos siguen unidos a su sitio original, conservando su vascularización, y son trasladados hacia la mama mediante un túnel que corre por debajo de la piel. Según la técnica puede ser preciso o no emplear, además, un implante. Los dos colgajos más frecuentemente utilizados son el colgajo miocutáneo de gran dorsal, músculo de la espalda que es el músculo que sirve para trepar y el colgajo de recto anterior del abdomen, que traslada la piel del hemiabdomen inferior vascularizada por los vasos que van debajo de este músculo.

Si la otra mama es demasiado grande, demasiado pequeña o está muy caída, puede ser necesario reducirla, aumentarla o elevarla, o vaciarla y reconstruirla a la vez que se reconstruye la otra, para conseguir un resultado simétrico. El pezón y la piel de alrededor (areola) se reconstruyen después, mediante anestesia local y sin ingreso.

Las prótesis empleadas en este tipo de reconstrucción tienen el exterior de elastómero de silicona y el interior de gel de silicona médica. Tiene dos posibles formas anatómica (la más utilizada en reconstrucción) y redonda. No se ha demostrado ninguna relación entre el cáncer de mama y el empleo de prótesis mamarias; tampoco se ha demostrado una relación clara con enfermedades autoinmunes y reumatológicas, aunque no se deben colocar en pacientes con familia con enfermedades reumatológicas graves (artritis reumatoide, esclerodermia, lupus eritematoso). Su utilización está aprobada en todos los países Europeos.

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Riesgos de la reconstrucción mamaria

Prácticamente toda mujer que ha sido mastectomizada puede someterse a una reconstrucción mamaria. No obstante pueden existir ciertos riesgos que deben ser conocidos antes de someterse a esta intervención.

Estos riesgos serían los propios de cualquier cirugía, como hematomas, cicatrices patológicas, necrosis de la piel con extrusión del implante o problemas anestésicos que, aún siendo poco probables, siempre cabe una mínima posibilidad. Así mismo, las mujeres fumadoras deben saber, que el tabaco puede ocasionar problemas de cicatrización y tener un periodo de recuperación más prolongado.

También existe una mínima posibilidad de que se infecte el implante si se ha utilizado, normalmente en la primera o en la segunda semana tras la intervención. En algunos de estos casos, puede ser preciso retirarlo temporalmente, pudiendo colocarse de nuevo más adelante.

Problemas más comunes

El problema más común relacionado con los implantes, es la contractura capsular, consistente en la formación por el organismo de una cápsula de cicatriz interna alrededor del implante, que puede hacer que la mama reconstruida tenga una consistencia más dura de lo normal; esto no es más que una respuesta fisiológica exagerada del organismo a un cuerpo que no reconoce como propio. Existen varios métodos para combatirla, desde los masajes sobre la mama a su eliminación mediante cirugía.

La reconstrucción no tiene efecto en la mayor o menor tasa de curación del cáncer de mama, ni interfiere con el tratamiento de quimioterapia o radioterapia. Tampoco interfiere con los estudios posteriores que puedan ser necesarios en las revisiones. Si su mama ha sido reconstruida mediante implantes y su cirujano le recomienda la realización de mamografías de control periódicas, deberá hacérselas en un centro radiológico con experiencia en el uso de técnicas radiológicas para prótesis.

RESULTADOS

El resultado obtenido tras una reconstrucción mamaria es definitivo y permite hacer una vida absolutamente normal. En algunos casos la mama reconstruida puede tener un aspecto más firme y parecer más redonda que la otra mama y su comportamiento con el paso de los años si en una hay implante y en la otra no puede no ser idéntico. Puede que el contorno no sea exactamente igual que antes de la mastectomía, y pueden existir algunas diferencias de simetría con la mama no intervenida. Sin embargo, estas diferencias sólo suelen ser aparentes para la propia mujer, no siendo percibidas por los demás.

Para la inmensa mayoría de las pacientes mastectomizadas, la reconstrucción de la mama supone una mejoría de imagen absoluta, proporcionando además un equilibrio psicológico que en muchas ocasiones se había perdido, volviendo a verse un cuerpo completo. Esto le conducirá, en breve, a llevar una vida tanto social como sexual completa y olvidar la enfermedad que le condujo a la reconstrucción.

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